Labores de saneamiento del ganado de raza Betizu de la finca de Sastoya/Sastoia
Se trata de una tarea anual que, no exenta de dificultades, se realiza con todos los ejemplares de la raza Betizu de esta finca para la campaña obligatoria de tuberculosis en esta raza autóctona en peligro de extinción.
2 de febrero de 2023.- En pleno invierno, el equipo de asesoramiento ganadero se prepara para vivir uno de los días más intensos y complicados de su labor al frente de INTIA. Deben encargarse de recoger todo el ganado de raza Betizu que durante el año vive desperdigado por la zona de monte que abarca la finca de Sastoya/Sastoia, propiedad del Gobierno de Navarra. Una vez que todos los ejemplares han sido localizados, contabilizados y agrupados en una zona accesible, se da inicio a las tareas de saneamiento animal a las que están obligadas todas las explotaciones ganaderas de Navarra.
Para ello, y de manera previa, una gran manga de tablones y estructuras metálicas ha sido construida en la entrada a la finca para facilitar el manejo de estos animales semisalvajes, y que puedan ser sometidas a las tareas de saneamiento que realiza el equipo de veterinaria. En este caso, se trata de la prueba de la tuberculina, que consiste en la inoculación de un antígeno de manera intradérmica para saber si esa cabeza de ganado se encuentra infectado de tuberculosis.
Este test exige que el animal vuelva a ser agrupado tres días después para comprobar la reacción en su organismo que se suele manifestar a las 72 horas posteriores a la exposición del antígeno. “La inflamación que produce esa sustancia y el grosor de la piel, permite valorar si es positiva”, explica Diego García-Mercadal, veterinario de INTIA. En otras ocasiones, se aprovecha también para sacarles sangre.
Al tratarse de un animal no acostumbrado a la presencia de las personas y al ser una raza considerada semisalvaje, las tareas de reagrupamiento son dificultosas. “Por instinto, se esconden, pero a mí, como me ven todas las semanas y les doy pienso, se me acercan”, explica Martin Villanueva, responsable de la finca de Sastoya / Sastoia gestionada por INTIA.
“La finca no tiene capacidad de comida para todas ellas y se van civilizando a base de hambre con el pienso y el forraje que les facilitamos en la época invernal”, añade.
La Comunidad Foral de Navarra cuenta actualmente con un rebaño de conservación de 78 ejemplares de raza vacuna Betizu, considerada la última vaca salvaje de Europa y en peligro de extinción. La finca, de 63 hectáreas de superficie, está gestionada durante todo el año por la sociedad pública INTIA y está ubicada en el término municipal de Urraul Alto.
La última vaca salvaje de Europa
La raza Betizu es una de las razas europeas bovinas más singulares, tanto desde el punto de vista genético como por su condición de población asilvestrada. La raza bovina Betizu es junto a la Casta Navarra y la Pirenaica, las únicas tres razas vacunas autóctonas de la Comunidad Foral Navarra. A diferencia de la Pirenaica, que se distribuye por todo el Estado y se encuentra con un número importante de efectivos, la Betizu se encuentra en Navarra, Euskadi y en un número reducido en el sur de Francia.
Como curiosidad, su nombre proviene de la unión de dos palabras euskaras: behi=vaca e izua=huidiza.
Fue en 1995 cuando el Gobierno de Navarra impulsó el mantenimiento de una población de Betizus en esta finca. Actualmente, además, se está llevando a cabo un proyecto de investigación de resultados técnicos de cebo de machos castrados y sacrificados a distintas edades en la finca de Oskotz con una treintena de betizus. Se busca una alternativa de comercialización como producto diferenciados “buey de raza Betizu”.