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Alumnado del 64 de la Escuela Agrícola

Cincuenta años después, la promoción del 74 regresa a INTIA

Antiguos alumnos y alumnas de la Escuela Técnica de Ingeniería Agrícola vuelven a la sociedad pública para compartir experiencias y reflexionar sobre 50 años de cambios en la agricultura.

2 de octubre de 2024.- El 26 de septiembre de 2024, las instalaciones de INTIA en Villava recibieron una visita especial del alumnado de la promoción de 1974 de la Escuela Técnica de Ingeniería Agrícola que volvió a encontrarse después de 50 años. Casi medio centenar de personas se reunieron en el lugar donde, hace cinco décadas, empezaron su formación como ingenieros técnicos agrícolas. El encuentro fue un recorrido por los recuerdos, en el que las personas asistentes pudieron reflexionar sobre su paso por la escuela y el camino recorrido desde entonces.

José Javier Echarte, quien fuera consejero de Agricultura, Ganadería y Alimentación, compartió sus impresiones sobre este reencuentro: “Es un caso insólito, creo que solo nosotros nos hemos juntado así. Hace diez años celebramos el 40 aniversario también aquí, y ahora casi 50 personas hemos acudido, lo que es un éxito de convocatoria”. Para Echarte, el regreso a las instalaciones de la escuela, ahora sede de INTIA, fue como un viaje al pasado. “Recuerdo estar sentado en estas piedras hace 50 años, cuando no había móviles ni tecnología como la de ahora, pero aun y así tengo guardada una foto sentado en estas escaleras”, detalló. 

Gloria Cortabitarte recordó con cariño los años vividos en la escuela: “Fue una etapa maravillosa, con compañeros estupendos y un ambiente de compañerismo increíble. Aunque no venía de una familia agrícola, elegí esta formación porque me gustaba mucho este mundo”. Kati Arteaga, por su parte, destacó la intensidad de aquellos años: “Parece mentira que solo estuviésemos tres años aquí, porque guardamos recuerdos para toda la vida”. Además, Arteaga recordó el poco alumnado femenino en aquellos años en este tipo de estudios. “Éramos pocas mujeres porque era un sector masculino así que a la gente le llamaba la atención que estudiásemos aquí, pero estábamos muy contentas”, subrayó.

ex alumnas posan frente al edificio de intia

Un vínculo que perdura

Aunque las carreras profesionales de los asistentes siguieron caminos diferentes, el vínculo forjado en la escuela sigue vivo. Blanca, exalumna, destacó el papel del contacto a lo largo del tiempo: “Nos pegábamos aquí todo el día, teníamos un ambiente increíble, y seguimos manteniendo ese vínculo. Tenemos un grupo de WhatsApp en el que nos mantenemos en contacto”. Por otro lado, José Javier Beltza y Benito Errea recordaron con humor los días de juventud en los que no todo era el estudio: “Durante tres años ganamos el trofeo rector de pelota en Navarra y dos veces el trofeo nacional. Eso sí, era el único deporte que sabíamos jugar”, bromearon. 

Beltza, quien aún se dedica a la ganadería, y Errea, jubilado tras una carrera en la agricultura y la banca, coincidieron en la importancia de esta reunión: “Es fenomenal ver cómo hemos cambiado en 50 años”, comentó Errea. Beltza añadió: “Es volvernos a conocer, porque a la mayoría ya no los reconoces”.

Dos exalumnos de INTIA

La evolución del sector

El evento no solo fue una oportunidad para el reencuentro y la rememoración, sino también una ocasión para reflexionar sobre la evolución del sector agrario en estos 50 años. Los asistentes disfrutaron de una charla sobre la digitalización y la innovación en la agricultura y ganadería, y otra conferencia organizada por la asociación de ex trabajadores de INTIA sobre la historia de la escuela.

José Javier Echarte expresó su agradecimiento a INTIA por la organización del evento: “Es un día bonito, de encuentro, que acaba, como no podía ser de otra forma, con una buena comida”. Para los antiguos alumnos, esta jornada fue un recordatorio del legado de la escuela y de cómo sus enseñanzas han influido en sus vidas y en el desarrollo del sector agrario.

El edificio: Testigo de la historia y la innovación

El emblemático edificio que hoy alberga las oficinas de INTIA fue testigo de la formación de varias generaciones de peritos y de ingenieros técnicos agrícolas. Inaugurado en 1912 con motivo del Congreso Nacional de Viticultura, el edificio ha pasado por varios usos a lo largo de su historia. Desde la clausura del congreso, en sus aulas se impartieron estudios de peritaje agrícola, y en 1966 se reconoció como Escuela de Ingeniería Técnica Agrícola. En 1991, la escuela se trasladó a la Universidad Pública de Navarra, dejando el edificio vacío hasta su rehabilitación en 2003, cuando se convirtió en la sede actual de INTIA y los Consejos Reguladores.

Hoy, este edificio centenario sigue siendo un punto de encuentro para el sector agrario en Navarra y un símbolo del pasado y futuro de la innovación agrícola.

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