Celebrada una jornada sobre la experimentación de INTIA de patata de siembra ecológica

El evento, al que acudieron más de 30 profesionales de la agricultura y la ganadería, se centró en los resultados de las experiencias realizadas por INTIA en la finca experimental de Erremendia.

El cultivo de patata ecológica para la obtención de material vegetativo de reproducción certificado, supone en las condiciones legales, de precios y ayudas al cultivo actuales, una alternativa de apoyo a las explotaciones de los valles pirenaicos navarros, que quieran complementar su actividad ganadera en contextos de posible reducción de la dimensión de los rebaños a consecuencia de las nuevas orientaciones PAC. 

Esta jornada, celebrada el 29 de agosto en la Finca experimental de INTIA ubicada en Erremendia, informó sobre las claves para realizar este cultivo en el marco de la producción ecológica, en lo que constituye un reaprendizaje para quienes producen en la Montaña y ya conocen el cultivo de la patata de siembra en el sistema convencional. Se centró principalmente en el manejo de plagas, enfermedades y hierbas en el cultivo, en cómo integrar la actividad de producción de patata ecológica en el estado actual de las explotaciones convencionales, en la certificación del producto y en el futuro próximo respecto a nueva experimentación.

La finca que gestiona esta empresa pública, adscrita al Departamento de Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Administración Local, se dedica desde hace casi treinta años a testar sistemas y técnicas de producción agrícola y ganadera en conjunto para generar datos trasladables a la orientación de quienes producen en esta zona, o en zonas con condiciones de producción parecidas, para generar explotaciones rentables. En 2002 INTIA afrontó una nueva orientación en la finca asumiendo como experiencia central optimizar el sistema de producción ecológico en ovino de carne: se consideró que el cultivo de la patata ecológica podría ser una posibilidad de complementar una actividad ganadera que, en el proceso de adaptación a ecológico, veía reducido su censo y productividad. Además, el cultivo de la patata en un contexto cercano a ganaderías facilita el acceso a un estiércol que supone un subproducto ganadero de alto valor y que tiene propiedades positivas en producción ecológica en cuanto a la mejora de la fertilidad del suelo. En 2010 se introdujo definitivamente el cultivo de la patata ecológica en las rotaciones de la Finca experimental de INTIA. El técnico de INTIA José Luis Sáez presentó en la jornada los resultados que se han ido observando durante la experimentación y los técnicos de INTIA Ricardo Biurrun y Jesús Zúñiga, especialistas en protección de cultivos, se encargaron de explicar los problemas fitosanitarios que concurren en el cultivo y las posibles soluciones.

La disponibilidad de herramientas fitosanitarias en el mercado para la conducción del cultivo en ecológico es limitada, por ello, ante el espectro posible de generadores de plagas y enfermedades, se considera imprescindible y obligatoria la gestión de la rotación. Es decir, cada hectárea de cultivo anual de patata implica otras 3 o 4 inscritas y gestionadas en ecológico para mantener la superficie a cultivar. La calidad del material de reproducción, aún más en producción ecológica, es una de las garantías para el éxito del cultivo. La elección de un buen material de partida en el mercado constituye siempre una estrategia indiscutible.

Entre quienes asistieron al evento, llamaron especialmente la atención las técnicas empleadas para la gestión de hierbas adventicias en este cultivo mediante actuaciones exclusivamente mecánicas. 

Tras siete años de experimentación, el cultivo de la patata ecológica para siembra se ha comportado como un complemento muy eficiente económicamente para otras actividades en estos sistemas de producción de montaña. Se observa que el margen neto por hectárea de patata ecológica cultivada es comparable al obtenido por un alto porcentaje de ovejas de un rebaño medio de ovino de carne. 

Se plantean como nuevos retos: nueva experimentación y estudio de nuevas variedades resistentes, análisis de posibles vías de reducción de las dosis de cobre (por debajo de las permitidas actualmente en el reglamento de producción ecológica) o de alternativas a tratamientos cúpricos, y estudio de posibles cultivos compatibles con las condiciones de la zona y que obtengan un valor económico adecuado para garantizar aún más los efectos favorables de las rotaciones de cultivos respecto a la sanidad del cultivo y sus rendimientos.

Martes, 29 de agosto de 2017